Foto 360 Entrada al Parque de Sanssouci por calle Allee nach Sanssouci. VidePan en Berlín
Una corona no es más que un sombrero en el que entra el agua cuando llueve. Estas palabras de Federico el Grande son muestra de su humildad. Sin gran pompa, pero con disciplina, este rey del s. XVIII cambió la historia de Prusia. Sus deseos eran los de un hombre sencillo: no tener preocupaciones, estar “sans souci”. Y así mandó construir entre 1745 y 1747 el palacio de verano de Sanssouci, en las conocidas terrazas de viñedos. Se convirtió en su residencia de verano y su lugar preferido, donde se refugiaba solo con sus perros en tiempos difíciles. Incluso las pequeñas reparaciones las permitía de mala gana, ya que el palacio era su palacio y “solo tenía que durar lo que durase su vida”. Por suerte, este deseo suyo no se cumplió y Sanssouci sigue resplandeciendo como lo hacía antiguamente. Las habitaciones conservan su forma original, con elegantes muebles. Y el extenso parque con el resto de edificios del Palacio, como el Nuevo Palacio, las Nuevas Cámaras, la Casa China, la Orangerie o el Palacio de Charlottenhof está más hermoso e impresionante que nunca.
Fuente aquí