Foto 360 Estatua de Friedrich Wilhelm IV en el Palacio de la Orangerie. VidePan en Berlín
Federico Guillermo IV de Prusia (Berlín, 15 de octubre de 1795-Potsdam, 2 de enero de 1861) fue el hijo mayor y sucesor de Federico Guillermo III, rey de Prusia de 1840 a 1861.
Federico Guillermo IV nació en el palacio nuevo de Sanssouci, la sede favorita de Federico. Federico Guillermo heredó la indestructible alegría de sus antepasados, las ocurrencias felices de Federico Guillermo I, la vena satírica de Federico el Grande y de Federico Guillermo IV; a su padre, el emperador Guillermo, le debe la rectitud alemana, la discreción, el valor y la caballerosidad de los Hohenzollern, todas aquellas dotes que caracterizan a la Prusia vieja; y a su madre, la emperatriz augusta, princesa de Sajonia-Weimar, la delicadeza del sentimiento y una contemplación universal. El compañero de sus juegos infantiles era el príncipe Federico Carlos de Prusia que se divirtió con él en erigir trincheras en el parque de Babelsberg (Pots-dam); y su maestro y ayudante era nuestro gran estratégico, el mayor de Molthe. En Prusia las esperanzas liberales se vieron brevemente despertadas en 1840 por la llegada al trono el rey Federico Guillermo IV de Prusia, y por los pasos dados hacia la formación de la unión de las Dietas provinciales, que llegó a reunirse en abril de 1847; no obstante el debate de las reformas constitucionales, conexión previa para la concesión de fondos, provocó un punto muerto, y la Dieta se disolvió. En la práctica, Federico Guillermo IV demostró no ser un monarca liberal, sino más bien un gobernante inconsciente y aficionado a los grandes gestos. Cuando Federico Guillermo IV tuvo noticias de los acontecimientos revolucionarios en Austria, anunció su disposición a convocar un parlamento nacional, pero en los combates de los soldados y la multitud berlinesa, los primeros malinterpretaron las órdenes del rey de no disparar y estalló la lucha; al no saber cómo resolver la situación, el rey trató de evitar un guerra civil ordenando la retirada de las tropas. Indeciso, e invadido por un deseo romántico de unirse a su pueblo, el monarca llegó a la conclusión de que, si no podía derrotar a los revolucionarios, era mejor unirse a ellos y el 21 de marzo atravesó Berlín a caballo envuelto en negro, rojo y oro, los colores revolucionarios: al poco tiempo se instauraba un régimen liberal en Berlín. Continuó la política reaccionaria empezada por su padre. Durante las revoluciones de 1848, y a pesar de una serie de concesiones que realizó en un primer momento al movimiento revolucionario, cuando el parlamento de Fráncfort le ofreció la corona imperial de Alemania, la rechazó, desbaratando los proyectos liberales para una monarquía federal y parlamentaria y abriendo paso a la reacción conservadora, cuyo símbolo sería la política iniciada por Otto von Bismarck.
En estos años, su capacidad mental se volvió inestable: en 1858 su hermano, el príncipe Guillermo, comenzó a gobernar como regente. Federico Guillermo murió en 1861 sin haber dejado descendencia, por lo que su hermano le sucedió en el trono. Con Catalina von Tiesenhausen, nieta del mariscal ruso Mikhail príncipe Kutuzov, será padre de Félix, a su vez abuelo del asesino de Rasputin, el príncipe Félix Yusupov.
En 1844 intenta refundar la antigua orden del Cisne fundada por sus antecesor Federico II, elector de Brandemburgo en el siglo XV.
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