Fue la residencia de los duques de Mazovia y años más tarde, a partir del siglo XVI cuando la capital se trasladó de Cracovia a Varsovia, se convirtió en la sede oficial del rey y de las autoridades de la República de Polonia. Aquí fue donde se proclamó la Constitución del 3 de mayo en el año 1791. La primera constitución en Europa y la segunda en todo el mundo.

Durante la Segunda Guerra Mundial, el Castillo Real como el resto de ciudad quedó en ruinas y fue reconstruido utilizando algunas de las partes que se lograron conservar. Hoy en día hace la función de museo y sus principales atractivos, además de poder ver las estancias de los reyes, son las pinturas originales de Rembrandt y Bernardo Bellotto, el pintor de la corte del último rey polaco. Algunas de sus obras resultaron ser de gran ayuda para construir de nuevo la ciudad.

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