En la Guerra del Palatinado el castillo fue dañado y posteriormente en dos ocasiones fue víctima de poderosos rayos que conllevaron a su abandono. A finales del siglo 17 los habitantes utilizaron los restos de piedras rojas para construir viviendas en la ciudad debido a que el castillo se hallaba en ruinas. Así, en el siglo 18 el conde Charles de Graimberg decidió tomar el arduo trabajo de la reconstrucción del castillo.
El castillo de Heidelberg alcanza su fama en el siglo 20 a través de su «llegada» a Estados Unidos gracias a las menciones en varios libros, hoy clásicos de la cultura norteamericana, del escritor Mark Twain. Mark Twain, al igual que Goethe quien encontró en Heidelberg la veta para escribir Fausto, se nutrió e inspiro en la ciudad de Heidelberg, embriagados por su belleza y por su historia ambos y muchos escritores más cedieron a los encantos de Heidelberg y lo mencionan en varios escritos, poemas, libros y ensayos.
A continuación tenéis la foto en 360 grados esféricos que hicimos durante nuestra viaje a Frankfurt del Meno.